RELATO

[Clemencia Calero Espinosa]

AMIGA

 

“Venís a mi casa a importunarme, no ves que estoy ocupado”.

¡Oíme Jaime; mirá que tengo que viajar mañana mismo y todavía no me han pagado!

¿Y qué querés que haga?

“Que me prestés la platica. Es sólo por 15 días”

¿Y cuánto necesitás?

“Un millón”

¿Que qué?, ¡vos estás loca!.

“Seguro que si, pero por favor negrito ayudame”

Esa misma tarde Jaime le dio el dinero y a la mañana siguiente ella salió de viaje. Pasaron  tres días y la muchacha no se reportaba. Dos días más y el amigo empezó a preocuparse. Tenía que buscarla; lo único que sabía era que estaba en Pasto. En el aeropuerto  confirmaron  la llegada de su amiga. Llamó a todos los hoteles, en ninguno le daban razón. Al cabo de una semana revisando por enésima vez la lista telefónica encontró el hotel donde se había hospedado.  El dueño le dijo que estaba con  un oriental.

¿Decime cuánto tiempo estuvieron acá?. “Es supremamente importante que me contés todo”.

A ver... el martes…, miércoles… y el  jueves que salieron después de las seis de la tarde,  sin problema me canceló también el viernes. Bajaron al  comedor el primer día, los otros dos el tipo pidió que  subieramos los alimentos”

¿Bueno, contame que más pasó, que notaste como raro?.

“La muchacha tenía una mirada triste y fumaba mucho. Nunca me dijo nada distinto de lo normal; pero claro, como le digo el marido no la dejaba sola un minuto”. ¡ Dios que tipo más posesivo!

“Ve, ese no es el marido de Claudia, esa mujer está en problemas”.

Al regresar habló con los compañeros de la muchacha.

“Por favor hagan memoria, que les dijo, para donde iba?

Les habló de alguien en especial?.

“Sabés  algo me comentó de un japonés, que era queridísimo,  muy atento, pero era muy probable  que no se volvieran a ver porque él se iba muy lejos”.

”Dalila, decime,  eso cuándo fue” 

“Talvez como dos meses o un poco menos.”

 

Después de diez años Jaime pocas veces se acordaba de su amiga. Se  graduó de ingeniero; al poco tiempo se casó y tenía una familia.

Como ejecutivo de una multinacional  viajaba frecuentemente. Estando en Caracas, los compañeros de trabajo organizaron una salida a divertirse. No le gustaba trasnochar y al otro día regresaba a Cali, sin embargo resolvió acompañarlos un rato. Terminado el show se despidió. La  frescura de la noche invitaba a caminar. Miraba a un lado y a otro; el sector estaba saturado de avisos de neón. Salas de baile, casinos, restaurantes, bares; en fin toda una gama de lugares  para seguir la rumba.

Miró a una mujer que estaba parada en la puerta de una taberna, tenía un cigarrillo en la mano y hablaba con el portero. Llevaba una minifalta muy apretada y el escote en la espalda le llegaba hasta la cintura. El pelo suelto y liso sobre un lado de la cara. Observaba con curiosidad sus ademanes; la forma de pararse, la mano izquierda acariciándose la cabeza. Por un minuto sus ojos se encontraron.

-¡Claro, es mi amiga Claudia! Pensó Jaime

Sin pensarlo corrió a saludarla emociónado.

¡Claudia sos vos amiga mía, sos vos! Abrió los brazos para abrazarla pero ella lo detuvo.

- “No tío, yo no me llamo Claudia, y a ti  no te conozco”. Le dijo con marcado acento español.

¡Claro que sabés quien soy yo, Jaime Pallán, tu amigo, tu hermano. Por favor decime que por fin te encontré! Claudia dame un abrazo!. Acordate de nuestra  tierra,  de lo mucho que compartimos!

“Mira guapo te dije que no te conozco, déjame en paz”. Caminando                                                 despacio se alejó. Jaime no podía desprender los ojos de esa figura. Quería gritar, llorar, correr y abrazarla a la fuerza. Tomó la dirección contraria  y antes de cruzar la esquina dio la vuelta para verla por última vez.

Ella lo miraba como si nunca lo hubiera conocido.

 

[liliana gonzalez]

  MUY BUENO!

ERA CLAUDIA SU AMIGA PERO NO QUISO RECONOCER A SU AMIGO , PORQUE VIVÍA UNA VIDA QUE ELLA ODIABA.

           GRACIAS 

          MARY

[Marita Ragozza de Mandrini]

Situaciones ingratas suelen suceder y más duelen cuando se es generoso como el protagonista. Muy bien llevado el relato. Felicitaciones y saludos.

[Martha Alicia Lombardelli]

¡¡¡Qué feo momento, cuando alguien que tuvo cierta significación en tu vida, de pronto es otro totalmente!!! Pareciera que nuestros sentimientos fueran golpeados con una maza. Es horrible.

Cariñosamente

[Clemencia Calero Espinosa]

Queridos  no me fijé y me falto esta pequeña parte del inicio del cuento

 

-Juan estaba arreglando la moto, cuando llegó su amiga Claudia a pedirle un dinero prestado.

 

“Venís a mi casa a importunarme, no ves que estoy ocupado”.

¡Oíme Jaime; mirá que tengo que viajar mañana mismo y todavía no me han pagado!

¿Viajar? ¿A dónde?

“Después te cuento, ahora no puedo”

¿Y qué querés que haga? Y AHI SIGUE CHAO

[Vicente Antonio Vásquez Bonilla]

Estimada Clemencia: Gracias por compartir tu cuento. Me parece muy bueno. Te felicito. Besos, Chente.

[Clemencia Calero Espinosa]

Querida Rita me da mucha alegría tu comentario y te agradezco en el alma, igual a los compañeros.  Los quiero mucho.

En estos días me voy a vivir al campo, cerca de Bogotá, seguiré pendiente de todos ustedes y les haré saber como voy. Chao

 

 

[RAMIRO DE LA ESPRIELLA ARRIETA]

Ella lo miraba como si nunca lo hubiera conocido. PARA BUEN ENTENDEDOR POCAS PALABRAS. SEGURO ERA CLAUDIA, BUEN FINAL

[Federico Landaeta]

E   S   T   U   P   E   N   D   O

Te felicito, Clemencia, por ese cuento tan bien llevado. Lo disfrute hasta el final.

Bendiciones incesantes

[César Eduardo Albarracin]

Las vueltas de la vida suelen depararnos ciertas sorpresas, como esta, de acreditarnos un rechazo y una negación que duele. Buen cuento amiga. Felicitaciones.

[Vilma Lilia Osella]

Es una buena histoira, muy buen escrita, con suspenso, y un final inesperado. Me gustó leerla. Vilma Lilia