Trigésimo Tercer Movimiento (a Emily Dickinson, La Patética con coda en reposo)

[Ronald Bonilla Carvajal]

Es difícil decir de tu reposo,
porque adónde van tus palabras, tus pasteles
o el yerbajo que dejas a la vera del jardín,
¿dó se elevan tus versos irredentos
alzados por el vuelo del imprevisto huracán?

¿Quién te tiene prisionera de métricas
o de habitaciones propias que ya ni siquiera
llevan tu olor a los rincones?
Pero tus manos buscan el cielo.
Hay un Bethoven en el piano que se detiene en la noche
como auscultando las venas del delirio.
Pero tus besos solos siempre buscan,
hurgan, preguntan, registran, todo lo revuelven,
no saben que tus portones van a un mundo,
quizá inhóspito, donde pervive la sed insana
de ciudades que no nos representan.

-Quemad todas mis cartas, pero del verso,
nada, nada, no quitéis una coma,
no seré inmortal como sueñan todos los poetas
pero iré a las gavetas, a la mesita de noche
donde otras solitarias como yo
hurgarán en el polvo, entre las llaves viejas,
y las diademas,
la luz que nos redime.


Hurgarán en el árbol, en las cerraduras
o en los barcos,
la voz que nos redime.

De mi libro inédito ALTAR DE DESCONCIERTOS
DE LA SEGUNDA PARTE: DESCONCIERTO (A ELLAS)
DERECHOS DE AUTOR PROTEGIDOS POR LEY

[Ronald Bonilla Carvajal]

Gracias, Elías por el destacado, abrazos

[Elias Antonio Almada]