NOVIEMBRE

[AZUCENA CABALLERO HERRERA]

Noviembre

 

Llega noviembre y nos aplasta con el recuerdo de los seres queridos que ya han partido. Y vamos al cementerio. En el lugar donde los enterramos, lloramos, rezamos, recordamos los pasajes de su vida y nos abrazamos. Pienso ¿En dónde estarán? Sabemos que su espíritu voló el día de su muerte, que sólo hay allí un poco de polvo, pero seguimos rindiendo culto a ese pedazo de tierra. Algunos concurren sólo el Día de Difuntos – una vez al año – otros lo hacen cada semana y los menos, todos los días, sobre todo al principio del fallecimiento, cuando sufren todo el dolor de la pérdida, acuden en busca del proceso de un duelo que les haga olvidar pronto.

Es costumbre en nuestro país, desear saber lo menos posible de este paso de la vida a la muerte al que inevitablemente nos veremos enfrentados tarde o temprano y lo advertimos con temor, esperando que nunca llegue. Tal vez nos hayan educado en ese temor.

Pero, estimados lectores, examinemos otras culturas,

El Día de Muertos es una celebración mexicana de origen mesoamericano que honra a los difuntos el 2 de noviembre, comienza desde el 1 de noviembre, día consagrado al alma de los niños y coincide con las celebraciones católicas de Día de los Fieles Difuntos y Todos los Santos.

En el Día de Muertos, México se prepara para recibir esta celebración popular que ha sido declarada por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Entender la muerte desde otra óptica y hasta incluso reírse de ella es parte del espíritu de esta celebración. El festejo del Día de Muertos, sin duda, es uno de los más importantes del pueblo mexicano. En diferentes estados de México se realizan distintas actividades para conmemorar esta fecha. En los panteones, por ejemplo, la noche del 1 de noviembre los familiares van a visitar a sus difuntos. En la tumba arman sus altares, cenan y pasan allí la noche quizás hasta acompañados con la música de los mariachis.

Las ofrendas y altares poseen un gran simbolismo. En ellas se colocan diversos objetos que utilizaban los difuntos en vida y aquellos que le servirán en el inframundo. Pues se cree que en esa fecha acuden los difuntos desde el más allá.

Para su elaboración se emplean flores (cempasúchitl, flor de color amarillo intenso que guiará las almas de los muertos) comida (calaveritas de azúcar, pan de muertos, calabaza en tacha, mezcal, atole, tequila) juguetes, velas, copal, sal, agua, papel picado, retratos del difunto o cigarrillos. En México se percibe a la muerte de una manera muy peculiar. Los mexicanos utilizan la sátira para burlarse de ella, un ejemplo es la popular “Catrina”: una calavera vestida con diferentes atuendos como muestra de la presencia de la muerte en todo lo cotidiano. Es más, en la ciudad de Aguascalientes se vive una impresionante experiencia sensorial en el Museo Nacional de la Muerte.

El origen del Día de Muertos tiene antecedentes relacionados con el mestizaje. Comprende rasgos culturales indígenas y españoles que al mezclarse dieron lugar a todos los ritos y ceremonias que se realizan alrededor de la festividad.

Aunque la celebración anglosajona de Halloween se ha popularizado entre la población, en la mayoría de los hogares mexicanos la tradición perdura.

La cultura popular mexicana encuentra diversos medios de expresión para mostrar su sentir por esta tradición. Entre las más populares se encuentran las famosas calaveras literarias; consiste en versos rimados que ironizan situaciones de personajes populares e impopulares usando el tema de la muerte con una intención humorística. Cada año se promueve ésta actividad cultural mediante concursos en los que se premia la creatividad y la picardía de las composiciones.

Publicado martes 19/11/15 en Diario El Trabajo.

[AZUCENA CABALLERO HERRERA]

Gracias Mab querida amiga.

Azucena

[Elias Antonio Almada]

[AZUCENA CABALLERO HERRERA]

Gracias estimado Elías por destacar este artículo.

Saludos

Azucena

[Miriam Inés Bocchio]

[AZUCENA CABALLERO HERRERA]

Gracias Miriam Inés por leer y visitar mi artículo.

Un abrazo

Azucena