ANTES DEL ALBA
(Carta sin respuesta)
AUTORA: SUSANA DEL ROSAL
Amor mío:
Déjame que vuelva a llamarte así en esta ocasión, cuando con los ojos llenos de lágrimas te digo adiós. Perdona que no sea capaz de mirarte a los ojos, de hablarte frente a frente…sé que no tendría valor para despedirme de ti. Y es que me sangra el corazón de la forma más cruel cuando pienso en tu rostro atormentado, creyendo que nunca te quise.
Quizás cuando recibas estas líneas, mojadas del rocío de mis lágrimas, sea demasiado tarde para detenerme, y las ruedas del tiempo aupadas por las obligaciones contraídas, habrán girado inexorablemente para dar paso a una nueva mañana. Saldrá el sol tras de mis pasos, y mis plantas sedientas esperarán en vano la lluvia de mis cuidados.
No me culpes por irme de esta forma, amparada en las sombras como ladrón furtivo y causarte tanto dolor. No lo haría sin dejarte aquí, en estos pliegos tristes, la más clara manifestación de mis sentimientos. Así, con los ojos cerrados a cualquier duda absurda, piensa cuánto te amo. Te quiero tanto que el pecho se me ahoga al verte dormido y feliz después de habernos dado insaciablemente en las horas más hermosas de mi vida.
Pero no puede ser…caminamos por rumbos separados y nuestros destinos se alejan cada vez más.
Mañana, cuando leas mis líneas, llorarás…tendrás que anudarte el corazón para no sonreírme con amor cuando un día me veas pasar. Me odiarás sin remedio…y no puedo evitarlo. No puedo permitir que por mi causa abandones lo que te es tan preciado: tu hogar y tus hijos, esos pequeños inocentes que te adoran y que merecen crecer junto a papá.
Que no baste mi amor ajeno y loco ni mi pasión transformada en risas en tus brazos codiciosos. Que no baste el afán de un nuevo rumbo que te agote en el éxtasis un tiempo y que un día te haga bajar la cabeza con arrepentimiento añorando sus cantos infantiles.
No, mi amor. Te quiero demasiado para atraerte a mis mieles pasajeras. Lo imperecedero está allí, en el retorno a ese techo donde moran tus ángeles, el fruto preciado de tu semilla fértil.
Confieso que estos meses a tu lado permanecerán por siempre en mi corazón. Esta casa alquilada, llena de tantas flores lindas que has ido comprándome para darme alegrías, no puede sin embargo albergar más angustia escondida de tus noches…esas noches cuando creyéndome dormida has dejado escapar entre suspiros el llanto que en mi presencia se oculta y bajo las sábanas se olvida.
Te dejo, amor. Ya llega el alba. Acá queda mi alma, sujeta a esta llave fría con un último beso.
Me queda de ti el más puro recuerdo…la ilusión más limpia…el albor de una esperanza irrealizable.
Gracias por haber deseado llenar mi camino de fragantes rosas. Gracias por desear poder ofrecerme tantas cosas lindas. Gracias por creerme lo mejor para ti.
En este instante, cuando te estás sintiendo tan mal por mi ausencia, déjame decirte por última vez…cuánto te quiero. Que Dios bendiga tu corazón bello para adorarme y dulce para callar cuando me miras.
Gracias por todo, amor…y buena suerte.
Te ama por siempre,
Tu Aurora.