De espaldas a la orilla humedecida
de un cauce que viajaba susurrante,
nos encontró la luna ebrios de besos.
Tú en mis brazos, rendida,
yo en los tuyos, jadeante.
La fronda no ocultó nuestros excesos
de impertinentes brillos que, curiosos,
la noche reflejara sobre el río.
Luceritos traviesos,
murmurando chismosos.
Y allí donde el calor enfrenta al frío
me quité la camisa,
te cuidé del rocío
y te invité a pararte en la cornisa,
sin temer al vacío,
de dos que van de prisa.
© Norberto Calul
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Gracias, Milagros! Viniendo de tí, este halago es un honor. Abrazo.
Muy buen poema.
Este poema, lo veo muy bueno
Observación:
El detalle de la sinéresis, es válido como licencia métrica. Por eso, hemos colocado este sorsonete como APTO.
yoen.los.tu.yos.ja.dean.te
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Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
http://organizacionmundialdeescritores.ning.com/
CUADRO DE HONOR
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