HAY MUCHOS MUNDOS EN EL MUNDO
EL DERRUMBE
El derrumbe fue terrible. La confusión y oscuridad se apoderaron del túnel. Luego, siguió un profundo silencio. Pero no perdió la calma, entre sus oficios estaba el cavar aquellos túneles. Llevaba mucho tiempo haciéndolo, había sobrevivido antes y confiaba en su experiencia para lograrlo nuevamente.
Se acomodó en una esquina del túnel, revisó si estaba mal herido, observó que sólo tenía algunos raspones. Así que hizo lo que la experiencia le mandaba, se puso a analizar serenamente como salir de aquel aprieto. Calculó que no sería fácil. En ambas salidas el techo se había desmoronado y no tenía cómo remover los escombros. Estuvo sin moverse buen rato, no quería agotar el aire ni sus fuerzas, confiaba en que alguien se descubriría que estaba allí. Procuraba escuchar cualquier ruido, cualquier señal de vida. El tiempo pasaba y sus esperanzas se agotaban, sabía que al ocurrir el derrumbe se encontraba en una sección bastante profunda. Tendría que escoger en qué dirección cavar. Era una decisión difícil, no había forma de establecer hacía dónde hacerlo. Si se equivocaba, podría agotarse escarbando en una montaña de escombros y perecer sobre ella; incluso, en ambas direcciones podía encontrarse con la misma situación.
Recordaba que la última vez que se encontró en un predicamento parecido, le escucharon mientras excavaba. Pero en esta ocasión, sólo el silencio seguía reinado sobre aquella terrible oscuridad. Lo curioso era que no sentía miedo alguno, sólo tensión. Al fin, decidió escarbar donde la tierra estuviese más suelta. Logró avanzar tres pies. En la pesada tarea encontró comida esparcida entre los escombros, alguien debió estar en aquel sitio cuando ocurrió el siniestro. Seguiría en dicha dirección luego de comerse lo que había encontrado.
Remover aquellas ruinas era una pesada tarea, el volumen de tierra era muy grande y compacto, lo que le hacía pensar que el desplome había destrozado gran parte de la edificación. Es más, si sus sospechas eran correctas, habría muchos muertos y la posibilidad de encontrar ayuda se reducía considerablemente. Tenía que tomar otro descanso, luego de avanzar algunos pies adicionales se había agotado. Recordó que antes no se cansaba tan rápido, que su fuerza era elogiada en la colonia, pero ahora, aquello tenía que reemplazarlo con astucia, así que decidió dormir un rato.
Al despertar no podía establecer cuánto tiempo llevaba allí, lo que sí sabía, era que debía reiniciar su tarea. Excavaba sin cesar, recordaba a los demás cada vez que avanzaba, deseaba que alguien se hubiese salvado. Formaban un grupo muy unido, se defendían y ayudaban incondicionalmente, actuaban con una coordinación envidiable. Pensó en lo bien construida que estaba la edificación, sus paredes eran simétricas y los túneles eran profundos y de medidas exactas, cada cubículo tenía su propósito específico, no se había desperdiciado espacio y se habían esmerado en la resistencia de cada área. No entendía entonces cómo se había desplomado aquella obra. Se forzó a olvidar esos pensamientos, tenía que concentrarse en sobrevivir. Sabía que si había sobrevivientes, también estarían tratando de escapar. De pronto, se topó con un cuerpo, el susto casi lo mata. Lo desenterró y acomodó lo mejor que pudo, casi con misericordia, como quería que le trataran sí lo encontraban en dicho estado. Fue instintivo. Inmediatamente volvió a escarbar, creía que si había encontrado un cadáver, el hoyo que estaba haciendo se encontraba en el rumbo de un túnel derruido por la debacle. Era consciente de que tenía que apurar el paso. Si los sobrevivientes encontraban alguna de las salidas del complejo, podían irse para después rehacer la estructura. Entonces, se quedaría sin ninguna opción y en un sarcófago de rocas.
El cuerpo que extrajo le permitió excavar un trecho más largo con relativa rapidez, pero ya sentía agotadas sus fuerzas. Se recostó sobre un muro del hoyo que iba construyendo y sintió algunos golpes. Cavó furiosamente en esa dirección, y al poco tiempo se encontró en otro túnel de la intrincada red de pasajes y galerías. Allí dio con otros sobrevivientes, iban y venían remediando el desastre. Los cuerpos sin vida y los moribundos eran apilados sistemáticamente a los lados del túnel, descartados, mientras se continuaba luchando por normalizar la situación. Cuando al fin pudo salir a la superficie, vio que la entrada principal estaba totalmente derrumbada.
Los túneles eran su hábitat natural, así que la hormiga estaba decidida a rescatar aquella colonia. Sin embargo, estaba muy enojada, no podía concebir que el hormiguero hubiera perdido el promontorio tan hermoso que adornaba la entrada.
por ALBERTO O. CABREDO E.
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Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
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