.- Hacía tiempo ya que Fâtima no recibía buenas noticias, hacía tiempo ya que ni las rosas de su jardín florecían. Eso ocurrió en realidad hace mucho tiempo atrás, cuando sobre las calles del barrio sin nombre, no existían estrellas de colores en el firmamento; tan sólo una oscura penumbra que invadía hasta los tuétanos, al caer el sol.
.- Era un barrio donde sus habitantes sólo pensaban en terminar rápidamente sus jornadas de trabajo, para tempranito llegar a sus casas, sí escuchaste bien, no dije hogares. Y es que para entonces hasta miedo les daba encender el fogón, nadie sabía porque, simplemente tenían temor.
.- Una mañana calida, como de costumbre y de mucho trajín en el barrio. Fâtima, despierta sobresaltada llamando a su madre, quien se encontraba preparando el desayuno para su padre Don Alejo y su esposo Don Arlindo.
.- ¡Mami!, ¡Mami!
.- ¿Qué pasa Fâtima? ¿Qué te ha sucedido?
.- Mami, tuve un sueño muy lindo.
.- A ver “Fati”, y ¿qué sueño tuviste?
.- Soñé que el cielo se cubría de luces de colores, que todos en el barrio cantaban, reía y bailaban durante noches enteras. También vi en él, que teníamos una casa grande que parecía un castillo y que nuestra familia crecía. Que Papá Dios me daba muchos hermanitos.
.- ¡Ah! Que lindo sueño, lastima que sólo haya sido un sueño y que ahora que ya lo contaste pues en eso se ha quedado, en un sueño nada más.
.- A ver, ¡a levantarse ya!, vamos para que desayunes junto a tu papi y tu abuelito.
.- Pero mami, todavía no termino el sueño…
.- Vamos niña a lavarse la cara y cepillarse que el desayuno está listo y debes luego ir por algunos víveres para el almuerzo.
.- Fâtima muy obediente a las palabras de su madre se levanta a iniciar su día. Un día diferente a todos, un día como nunca había tenido otro.
.- Muy cerca de las 10 de la mañana, Fâtima se detiene frente a la Capilla del barrio. Su fachada alta y plana como un cuaderno, vestía un traje azul añil que la hacía ver como si bajara de entre las nubes, desde el mismo cielo.
.- Sus ojitos aguarapados escudriñaban con asombro todas las dimensiones de la construcción. Parecía que su mirada sabía de algo que debía revelarse con prontitud. Todo estaba como destinado a que fuese ella, la mismísima Fâtima, quien encontrara respuesta a sus sueños.
.- Luego de mucho observar, la niña da dos pasos hacía atrás y girando como quien juega a la gallinita ciega, de un salto se aproxima al banco mas cercano y se siente pensando:
.- “Debo encontrar la ventana redonda de mis sueños, la que parecía una rueda de fuego con chispas de colores en su corazón”. Se que está aquí, muy cerca. ¡Umm! Daré una vuelta a la iglesia. Atravesaré la calle prohibida y diré si me ven que me perdí. Se que en alguna parte de esta capilla está mi sueño. Es el mismo color de pared que yo soñé.
.- Y así, con cautela de no ser vista, Fátima se dirige a la esquina de la capilla, justo en el cruce a la calle del miedo. Un espacio intransitado por años, olvidado por todos. Era la zona más terrible del barrio, donde nadie nunca quería ir.
.- Sin darse cuenta de la hora, la niña dio inicio a su recorrido. Sin mayor precaución que la de llevar consigo su gran fe. Una fe basada en la alegría de saber sus noches iluminadas de colores, sus de mañanas nuevas llenitas de pequeñitas gotas de rocío y sus rosas florecidas como las que veía en las cartillas del colegio.
.- Poco a poco, Fâtima fue dándole la vuelta a la capilla, y al llegar a su lado posterior, alzo la vista y allí sobre una tapia azul como la del sueño, se haya casi al final de ella una ventana redonda como una rueda y fulgurante como el mismo sol. La niña emocionada de ver recreado su sueño, toma distancia dando pasos hacia atrás. Al fijar en la ventana su mirada, justo en ese instante una luz enceguecedora se abalanza sobre ella, Fâtima pierde el equilibrio producto del susto y al caer es sujetada en el aire.
.- ¿Papá Dios que esto? ¿Estoy volando?
.- Y así envuelta en una radiante luz blanca circundada por ráfagas de luces de múltiples colores Fâtima es paseada por los aires en manos de muchos ángeles mientras decía:
.- No me van a creer cuando se los cuente…
.- A lo que una dulce voz le respondió:
.- No temas, tu corazón guiará tus sentimientos, y mientras mantengas la fe en tu alegría de vivir, encontraras siempre que todo lo que deseas para ti te será dado.
.- Y fue entonces cuando Fátima viajo por los aires como una pluma, como un ave, para luego detenerse justo frente a lo que buscaba. La ventana redonda, la rueda de fuego con muchos colores en su corazón. Frente a ella se hallaba un hermoso vitral bañado de antiguos años y escondido entre las alturas y el polvo. Sin embargo, para ella nada era imposible pues su corazón está repleto de fe.
.- Fue entonces cuando acercándose a él, pudo observar que aquel halo de fuego en su sueño era el resplandor del sol en la orilla de oro que sujetaba al vitral. Y en él, el vitral, observó también con detenimiento que había una escena muy hermosa “pintada” con cristales de muchos colores que describían el nacimiento del niño Dios y sobre la escena, un texto que alcanzó a leer y decía así:
.- “La alegría de los pueblos, la alegría de los hombres y mujeres que habitan en el se consigue solo a través de la fe, ella habita en sus corazones y se llama “Navidad”. Celebrad la Navidad con mucha alegría y sus mesas se llenarán de prosperidad. Celebren la Navidad como símbolo de unión familiar en honor a la sagrada familia, en honor al niño Dios”
.- Y así, tal cual como fue llevada a las alturas, los ángeles la regresaron a tierra firme, su padre, su madre y su abuelo junto a los vecinos la recibieron con mucha alegría. Pues gracias a ella, todos vencieron el miedo a la calle del miedo, tan sólo por ir en su búsqueda. Fue así como comprendieron que el miedo no debía existir. Y comprendieron también que la felicidad y la alegría habitan en la bondad de sus corazones. En la solidaridad que como hermanos hijos de un mismo padre, debían tenerse unos con otros. Comprendieron también, que el amor todo lo puede y que cuando confiamos en nuestros corazones, esa confianza se transforma en fe y vive eternamente.
.- Desde entonces y para siempre, todos los habitantes del barrio se unieron para siempre y por siempre en común acuerdo; decidiendo entre todos colocarle por nombre: “Barrio Niño Jesús de la Santísima Navidad”. Y así fue como Fâtima vio realizado su sueño de eterna hermandad, donde todos los días del año se desbordaba en alegría y celebración.
.- Diciembre fue el mes en que todo esto sucedió.
.- Por eso cada Diciembre, el barrio entero se viste de fiesta y muchas estrellas refulgentes y multicolores recorren de poste a poste el firmamento por las noches, dándole al barrio un carácter de ensoñación.
.- Ahora y siempre, en Diciembre, todos los habitantes de la ciudad siguen los pasos de aquel barrio que hace mucho tiempo dejo de no tener nombre. Al que ahora todos conocen como Navidad. Desde lo lejos se le observa como un lindo pesebre, pleno de vida y alegría hasta nuestros días.
Jorge Boullosa (Bulhosa) / Dic. 2010
Etiquetas:
Gracias Rafael, feliz buen día colmado de muchas bendiciones de éxito siempre!!
Rafael Serrano Ruiz dice:
muy bonito
gracias Patricia, es justamente la idea, que siempre mantengamos la fe viva, ella nos transportara como alfombra mágica a donde queramos ir. Bendiciones de éxito siempre
Patricia Araya dice:
Hermoso relato, donde la fe prima por sobre todas las cosas
Te deseo mucha suerte
Abrazos fraternos
Pat
RED DE INTELECTUALES, DEDICADOS A LA LITERATURA Y EL ARTE. DESDE VENEZUELA, FUENTE DE INTELECTUALES, ARTISTAS Y POETAS, PARA EL MUNDO
Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
http://organizacionmundialdeescritores.ning.com/
CUADRO DE HONOR
########
© 2024 Creada por MilagrosHdzChiliberti-PresidSVAI. Con tecnología de
Insignias | Informar un problema | Política de privacidad | Términos de servicio