Escuché la voz que parecía provenir desde los cercanos acantilados, llamándome con ternura. Me aproximé curiosa: ¿Quién podía conocerme en ese sitio? Caminando con precaución debido a lo peligrosamente resbaloso del terreno, comencé a acercarme obediente en dirección al lugar.
Varias grutas abrían sus lóbregas bocas mirando hacia el naciente, como un profundo bostezo en el amanecer de otoño que venía avanzando lento, pesado, bajo la llovizna. Abajo, el mar se extendía plomizo y encrespado en picos bajos que parecían danzar perdidos en alguna extraña ceremonia ritual, desarrollándose sin fin en la inmensidad del océano y de los tiempos.
Otra vez volví a oírlo, nuevamente la voz levantándose por encima del oleaje y la llovizna que lamían la dura piedra, pronunciando mi nombre con una dulzura estremecedora. Seguí avanzando, apoyándome y resbalando, sin responder. Dentro mío, un recuerdo se abría paso con dificultad: alguna vez... algún lugar... ¡Dios mío! No podía precisarlo, pero ramalazos de memoria me agitaban el interior dándome fragmentos de algo vivido –talvez— pero no del todo olvidado, que se movían como un fugaz y enloquecido rompecabezas al que era imposible asirse.
Miré hacia la parte más alta de la pared rocosa, que era de donde aparentaba venir la llamada. Sólo el viento agitando la achaparrada vegetación que se extendía --apareciendo ante mis ojos como mezquinos manchones inquietos de un verde agrisado-- era lo único vivo cerca. Sujetando con una mano el cuello levantado del gabán y con la otra despejándome la frente intentando liberarla de los molestos mechones que me latigueaban sin piedad me quedé quieta, alerta, con los sentidos exacerbados por la creciente curiosidad. Alguien que me conocía se encontraba en ese lugar del fin del mundo que yo había elegido como refugio último y me llamaba tiernamente. ¿Pero quién?
La soledad que me rodeaba parecía haber desaparecido, movida por algún extraño sortilegio. De pronto, sentía las presencias de seres a los que no podía ver, pero que me infundían una sensación de conocimiento y serenidad que me impulsaba a seguir subiendo en busca de quien me nombraba.
Las escarpadas salientes me laceraron por repetidas veces; seguí aferrada a ellas, trepando a pesar de la sangre que corría por mis manos, tornándolas grasosas, resbaladizas.
Como si aquella voz tuviera un poder hipnótico, ineludible, seguí adelante. Sentía que las sienes me latían a punto de estallar. El olor a iodo y amoníaco se me hizo asfixiante.
Una gaviota asustada levantó vuelo, chillando histérica y agitando sus alas casi junto a mi rostro, llenándome los ojos de arena y sal. Por unos interminables segundos, perdí el equilibrio. No sé cómo fue que logré encaramarme sobre una punta que sobresalía como un brazo extendido, quedándome quieta hasta recuperar el aliento. Metí con dificultad una mano en el bolsillo de atrás de mis pantalones para tomar el pañuelo y limpiarme la cara. No podía ver a un paso: la lluvia, mis cabellos pegoteados y la arena que me arrojara el pájaro, formaban un desagradable velo que me impedía avanzar. Me pareció oír risas. Presté atención como un animal al acecho. Un murmullo creciente me trajo el viento, que de a ratos se quedaba quieto, agazapado entre las piedras, para luego saltar y atacar a traición con fiereza tal que parecía querer arrojarme en el fondo de la poza donde rompían las olas que iban creciendo sin pausa, hasta el punto de salpicarme con su espuma.
Cuando me recompuse, tomé conciencia de lo frágil de mi posición: la saliente podía quebrarse en cualquier momento y de allí al agua, no habían menos de treinta metros. Pero, así visto todo, no me producía el más leve temor. Necesitaba encontrar a quien me llamaba y una paz que había olvidado o quizás nunca tuve, me inundaba el alma. No puedo recordar cómo fue que lo hice, pero logré pararme y continuar mi dificultoso ascenso. Cerca de la cima encontré otra caverna: hierática, oscura, detenida en el tiempo, misteriosa y cálida. Me detuve a mirarla sin pensar en los peligros que podía albergar en su interior. En ese preciso momento, nuevamente oí la llamada. Claramente decía mi nombre y me instaba a seguir adelante. Casi corrí esos últimos metros intentando develar el misterio lo más pronto posible. Había alcanzado la máxima altura del lugar.
Como si despertara de un sueño, miré alrededor sin encontrar a nadie.
La soledad, el viento, la lluvia, y a mis pies el mundo.
Abajo, un océano de plomo se acunaba y rompía en torrentes de espuma que ensordecían al silencio. No podía ver la ilusoria línea que separaba el cielo de la tierra. Todo era un universo líquido y yo la más pequeña gota en él.

Miré al mar—cielomar. Volví a sentir que me llamaban. No podía identificar el sonido. De repente escuché un canto, elevándose desde todos lados, y el mar comenzó a adquirir reflejos irisados que se expandían por su superficie. Vi los rostros, los cuerpos, las manos extendidas de aquellos que ya no estaban, y a quienes creí perdidos para siempre, naciendo y creciendo felices en cada reflejo.

El mar: el comienzo de la vida. El útero primero de la Creación. El último refugio.
El frío había desaparecido. Me quité el abrigo, rodeada por la calidez de las risas que crecían a mi alrededor; desabroché mi camisa de franela, arrojé la bufanda al viento y se alejó como un pájaro más, flotando empapada, describiendo su propia danza hasta caer entre las olas y ser atrapada por ellas. Dejé caer lentamente mis gruesos pantalones, junto con las medias y los separé de mi cuerpo con los pisotones con que me quitaba las zapatillas y arrancaba las medias.



Vos te has ido; anoche noté tu ausencia cuando miré la fecha del almanaque y vi que había pasado tanto tiempo desde tu último beso, y que éste era otro otoño sin tu calor.
Nunca creí lo que dijeron: que te habías ido y que no volverías. Que tu barca infló sus velas mar adentro. Muy adentro del mar... Todas las mañanas caminé hasta el malecón esperando ver tu barca blanca, amarrada secando sus velas. He venido a vivir en este puerto de soledades, de donde ha partido tu rumbo. No fuiste a las bodas de los chicos, a pesar que te esperé. Así como te esperé en cada nacimiento, en cada bautismo. ¿Te enteraste que Flor, la hija mayor de Ileana, tu preferida, cumplió los quince? Y vos no estabas, a pesar que me arreglé para que me vieras joven y bella todavía.
Nunca volviste y ya perdí la noción de los días sola y las noches en soledad.


Siento que la arena que trae el viento se pega contra mi piel desnuda.
Otra vez la llamada, ahora desde el mar gris, plateado, lleno de rostros amados.
Y entre todos, sobresale el tuyo y tu sonrisa, que mira mi desnudez como la miraste hace ya tanto tiempo, aquella vez primera en el pequeño camarote, que nos acunaba y escondía.
Como entonces, igual que entonces, abro mis brazos como las alas de una gaviota, comienzo a girar danzando una danza sola sobre el risco y emprendo mi regreso al génesis en tu busca, mientras identifico la voz que me llama: es tu voz que no puede marcharse sin mí. Es tu voz que me llama desde el fondo donde habita, esperando el despertar, el regreso a nuestro amor en la eternidad que entre besos nos juramos.


Oigo las risas mezclarse con mi propia risa mientras me voy acercando hasta tu cuerpo, que, tendido ansioso entre las rompientes, me espera, me llama.

Vistas: 50

Comentario

¡Tienes que ser miembro de SOCIEDAD VENEZOLANA DE ARTE INTERNACIONAL para agregar comentarios!

Únete a SOCIEDAD VENEZOLANA DE ARTE INTERNACIONAL

RED DE INTELECTUALES, DEDICADOS A LA LITERATURA Y EL ARTE. DESDE VENEZUELA, FUENTE DE INTELECTUALES, ARTISTAS Y POETAS, PARA EL MUNDO

Fotos

  • Agregar fotos
  • Ver todos

PÁGINA HERMANA OME

Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

http://organizacionmundialdeescritores.ning.com/

 

CUADRO DE HONOR
########

TRADUCTOR

EnglishFrenchGermanSpain
ItalianDutchRussianPortuguese
JapaneseKoreanArabicChinese Simplified

Gracias por estar aquí, compartiendo en nuestro bello portal literario.


Insignia

Cargando…

BLOG Y FOROS DE LA DIRECTORA, SORGALIM

 

POEMAS

1

¡ERES UN ENCANTO!!

2

¿ADÓNDE FUE MI LUCERO?

3

A PAPÁ: NUMEN DE MI HISTORIA

4

A PAPÁ: NUMEN DE MI HISTORIA

5

A PROPÓSITO DEL DÍA DE LA MUJER...

6

ADORNARÉ MI ÁRBOL

7

ALBA POSTRERA

8

CABALGAS POR MI PIEL

9

CALZADAS. SONETOS EN VERSOS ALEJANDRINOS

10

CASCARILLAS CON PULPAS

11

CHANZA 2. DEL POEMARIO: GUASACACA Y CARCAJEO

12

COLORES DEL CAMINO ESPERANZADO

13

COMPLETA, PERO ABSURDA

14

DE CLARAS GOTAS CASCADA

15

EL BESO Y LA FALSÍA

16

EL DOLOR DE MÓNICA

17

EL HOMBRE SE REDIME

18

EL REGOCIJO DE LA PASIÓN CROMÁTICA

19

ENTRE LA BRUMA DE TUS SUEÑOS

20

ESA MÚSICA SUENA A CARICIA

21

FÁBULA DEL ZORRO Y EL LUCERO

22

FLOR DE TUNA

23

GUIRNALDAS

24

INFAUSTO PROYECTIL

25

LA ASIMETRÍA DEL ÁNGULO

26

LA CLAVE DE SOL POR LA PAZ

27

LA REDENCIÓN

28

LAS GOTAS

29

LLUÉVEME

30

ME DIJO SER JUAN TENORIO Y RESULTÓ MARICELA

31

MI VARÓN ES AGRACIADO

32

MIS METÁFORAS

33

NAPOLEÓN Y JOSEFINA

34

NECESITO

35

NERUDA, NO ESTÁS MUERTO

36

ORGASMO DEL AÑO NUEVO

37

PADRE, HOY EN TU DÍA, NECESITÉ APOYARME EN TU HOMBRO DE PAN DULCE

38

PADRE, HOY EN TU DÍA, NECESITÉ APOYARME EN TU HOMBRO DE PAN DULCE

39

PARA TODOS, MI PALABRA

40

POBRE ARTISTA

41

POEMA BEIGE - EJERCICIO DE ALITERACIÓN

42

QUIEN SE AFERRA

43

SE ACABAN MIS ENTREMESES

44

SE ACABARON MIS GANAS, SE ACABARON

45

SERENATA

46

SIENDO ALICIA LA ETERNA ENAMORADA

47

SOBRE EL OCÉANO QUE LA VIDA ESCONDE

48

SUEÑO QUE HALAGA

49

TE ANDO BUSCANDO

50

TU HORIZONTE Y MI ORQUÍDEA

51

UNA MUJER COMPLETA

52

UNO Y OTRO

53

VALLEJO SIGUE GRITANDO

 

PROSA

 

CUENTOS

1

GREGORIANUS

2

LA MAGIA DE BALTASAR

3

SOY PARTÍCULA QUE SUEÑA

 

ENSAYOS

1

MI FÓRMULA ECLÉCTICA DEL CONOCIMIENTO

 

PRÓLOGOS

1

CARMEN SÁNCHEZ CINTAS (SENDA), UN CAMINO VIVIENTE... 

2

MARCO GONZÁLEZ, EL POETA DE LA ADJETIVACIÓN ABUNDANTE Y APASIONADA 

 

NOTAS

1

¿TE PARECE QUE PEPE TIENE LA RAZÓN? ¿HAY QUE APOYARLO?

2

ACERCA DE LOS DONATIVOS MONETARIOS CON ESTE PORTAL

3

AL BORDE DEL ABISMO: ENTREVISTA REALIZADA A MARIO VARGAS LLOSA

4

COMISIÓN EVALUADORA DE TEXTOS Y OTRAS PARTICIPACIONES UHE - SVAI

5

COMUNICADO PÚBLICO

6

DESAHÓGATE: ¿QUÉ ES LO MÁS DECEPCIONANTE QUE TE HA CAUSADO UN AMIGO?

7

EXPO/INDIVIDUAL CULTURAL, EN HOMENAJE AL ARTISTA JUAN HERNÁNDEZ CHILIBERTI

8

FELIZ NAVIDAD - LOS AMAMOS

9

FOTOS - 3ª JORNADA DE PAZ Y 1er CONGRESO INTERNACIONAL DE LA UNIÒN HISPANOMUNDIAL DE ESCRITORES

10

HOMENAJE A MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA

11

LA TRÁGICA EXPERIENCIA DE UN TURISTA URUGUAYO EN LA VENEZUELA “CHÉVERE”

12

LA VENEZOLANA GLADYS REVILLA PÉREZ CELEBRA SUS 50 AÑOS COMO ESCRITORA Y BAUTIZA SU LIBRO "CAMINO DE BOTALÓN"

13

LO MÁS RELEVANTE DE ESTA SEMANA (TOP) [Y DE CADA SEMANA]

14

LO QUE MÁS AÑORO EN ESTA ÉPOCA

15

LUIS PASTORI DICE ADIÓS A SU RESIDENCIA EN LA TIERRA

16

MENSAJE AL FINAL DE UN AÑO Y AL COMIENZO DE OTRO

17

MUCHO CUIDADO Y PRUDENCIA CUANDO QUERAMOS EJECUTAR NUESTRO "DERECHO A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN"

18

NUESTRAS PETICIONES PARA NAVIDAD  Y AÑO NUEVO

19

PRETENDEN CHANTAJEAR A LA ADMINISTRADORA DE ESTE PORTAL

20

SEGÚN LA RAE, LA CONSTITUCIÓN VENEZOLANA RECARGA EL LENGUAJE HACIÉNDOLO IMPRACTICABLE Y RIDÍCULO

21

SÍ, LLORO POR TI ARGENTINA Y POR TI VENEZUELA

PRIMER ENCUENTRO DE ESCRITORES EN EL ARCHIPIÉLAGO

22

UHE ACUERDA REESTRUCTURACIÓN Y CONCURSO DE CREDENCIALES

23

VARGAS LLOSA: GRACIAS A LA OPOSICIÓN, VENEZUELA NO SE HA CONVERTIDO EN UNA SEGUNDA CUBA

 

FORO DE LA DIRECTORA

1

Tema 1. Teoría del Significado SEMIOLOGÍA Y GRAMATOLOGÍA. De Jacques Derrida

2

Tema 2. Teoría del Significado SEMIÓTICA Y COMUNICACIÓN

3

Tema 3. Teoría del Significado FILOSOFÍA DEL LENGUAJE. De Javier Borge

4

Tema 4. Teoría del Significado EL DESARROLLO DE LOS CONCEPTOS CIENTÍFICOS EN LA INFANCIA

5

Tema 5. Teoría del Significado PSICOLOGÍA DEL LENGUAJE

6

7

Tema 6. Teoría del Significado - EL SIGNIFICADO PREVIO A LOS SIGNOS.

REGLAMENTO INTERNO DEL PORTAL SVAI

Google Analytics.
Emoji