La muerte del silencio.
Vuelan las aves blancas
peregrinas
surcando los rincones del tiempo
y sus vicios.
El rey de la montaña interrumpe
sus comicios
para buscar el silencio perdido
entre sus ruinas.
Pregunta raudo a un grupo
de gorriones
¿Han escuchado los ecos
del silencio danzante?
El cielo azul inmóvil,
colmado y expectante,
vigila sigiloso la tierra
y sus rincones.
El rey llora tristemente
su escarmiento,
enfurecido lanza latigazos
de oro y fuego
a las nubes que cubren
el cielo enrojecido.
En la tierra se desata
gran tormenta,
en las horas vespertinas
el mundo abatido guarda sigilo,
condenado ha sido el silencio
a vivir entre la bruma y el olvido.
Cecill Scott.
©Todos los derechos reservados.
Comentario
Querido Hugo.
El silencio ha partido, está oculto
y condenado, no se encuentra entre
las personas ni, mucho menos, en las
ciudades y el mundo.
Muchas gracias por acompañar mis letras.
¡Gracias!
Un beso y un cálido abrazo desde mi verde valle.
Cecill Scott.
Querida Norma.
Muchas gracias por visitar
mis letras, has dejado una
hermosa huella en ellas.
¡Gracias!
Un beso y un cálido abrazo desde mi verde valle.
Cecill Scott.
Querida María Adiela.
Muchas gracias
por acompañar y destacar
mis letras.
¡Gracias!
Un beso y un cálido abrazo desde mi verde valle.
Cecill Scott.
Querida Dalila.
El silencio fue condenado a vivir en la bruma
y queda inexistente entre las personas.
Es bueno tener silencio, en él nos encontramos
con nuestro ser interior.
Muchas gracias por la visita y tus letras.
¡Gracias!
Un beso y un cálido abrazo desde mi verde valle.
Cecill Scott.
Querida Carmen Amaralis.
Eres muy dulce…
Muchas gracias por acompañar
mis letras dejando hermosas letras
en ellas.
¡Gracias!
Un beso y un cálido abrazo desde mi verde valle.
Cecill Scott.
Querida Senda.
Amiga mía, agradezco
la compañía a mis letras
y el destacado a ellas.
¡Gracias!
Un beso y un cálido abrazo desde mi verde valle.
Cecill Scott.
Querida Iris.
Exiguo se encuentra el silencio en el mundo,
el bullicio domina los días y se hace difícil
encontrar la delicia de la paz interna.
Amiga mía, muchas gracias por estar en mis letras.
¡Gracias!
Un beso y un cálido abrazo desde mi verde valle.
Cecill Scott.
Sonora muerte, Cecill, la del silencio, ese que reina al final de tu poema, justo un instante antes de que la sonrisa de satisfacción germine en la fértil tierra de mis labios argentinos. Agrada leerte. Abreso y mimos
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Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
http://organizacionmundialdeescritores.ning.com/
CUADRO DE HONOR
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