Camino en la arenas del desierto peregrinando ciego y sin afecto.
Cautivo vive mi fe, Los sentimientos están presos.
Hay más miedo en el hombre que fantasías al soñar.
La felicidad igual a lo material acompañado con sexo
Falso argumento siempre se buscan usar.
¿Como se sufre así mismo?
La vanidad corre como el tiempo dejando huellas como dolor.
El hombre aprecia y trabaja más por los objetos y poco por cultivar su paz.
No se puede ir más lejos cuando no hay libertad y no se vive sin respirar.
Lo material no llena el espacio vacío de una alma perdida que vive cautiva en el cuerpo de un mortal, apegado a cosas terrenales que nunca se llevara, porque lo que a venido de la tierra a la tierra volverá.
El hombre sigue con su ignorancia, sigue soberbio, poco se cansa de sus mentiras aunque se mire al espejo.
El verbo es inmortal aunque se sustituya el sujeto.
La palabra es universal no se detiene con los tiempos.
El hombre es mortal, el presente no es eterno, el pasado es historia y el futuro un desierto.
El hombre sigue sin comprender los designio de los cielos y emerge de su conciencia religiones y falsos profetas.
Cultiva material lo espiritual es efímero.
Recuerda que yo existo, refúgiate en mí cuando hay problemas, camino a tu lado aunque no deje huella.
El verbo solo es recordado en momentos de aflicción.
“Yo solo sé que no sé nada” dijo un sabio filosofo.
Humildad en humanidad hay mas defectos que virtudes.
Sigo peregrinando en un desierto y lo único claro en mi son las palabras que escuche...
Mueres al nacer.
La verdad del hombre queda en interrogación.
¿Como se puede llegar hacer feliz?.
El reloj de arena se para al frente de mi.
En silencio grita... Se acabo tu tiempo.
rónicamente me vuelve a repetir...
Polvo eres en polvo te convertirás.
Autor: Andrea Farias
Fardel
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