Viernes de Bohemia 3 de junio del 2011

[DR.RANSES BENJAMIN DIAZ BELLIARD]

‘’¿Por qué esperaste tanto tiempo para irte? ¿Por qué dejaste que tu amor me corroyera? (Vitín Aviles)’’ Un microbio, por lo ínfimo que es, con respeto a nuestro cuerpo, pareciera que no existe, pero nos hace daño. Una persona, con respecto a la tierra, es tan ínfima, que pareciera que no existe, pero le hace daño. La Tierra, con respecto al cosmos en expansión, es muchísimo menos que un microbio, para nuestro cuerpo, y le hacemos daño. La sonrisa y la mirada de una mujer, con respecto al tiempo y al cosmos nunca sucedieron, pero cuan daño infinito hacen en nuestro corazón…’’

 

El amor es una suerte de locura al igual que el odio. Uno está haciéndose el cuerdo, tranquilo y silvestre transeúnte por la vida, y aquella mirada y aquella sonrisa nos hacen perder la cordura para siempre y sin remedio. Como dijo el Poeta: ‘’nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.’’ Pero el enamorarse esta bien. Nos hace buenos, nos humaniza, nos impulsa a ser gregarios, a defender la paz mundial, la preservación de los recursos naturales, la lucha contra el hambre y el analfabetismo; que tomemos partido ante el crimen o el abuso en cualquier parte del mundo que ocurra; que llegada la hora de salida del trabajo, salgamos en loca carrera para caer en sus brazos, hasta que vuelva a salir el sol y la infernal máquina del sustento nos arrebate…

 

Pero que será de las almas solitarias, semovientes sin sentido que creen que están vivos. O de aquellos que un No estereofónico, o la más destilada indiferencia los saca del camino.  O con aquellos, que en la distancia desfallecen, lánguidos, esperando reencontrarse con su destino pero, la falta de una visa es un ladrón entrometido que les roba las esperanzas y las fuerzas de seguir vivos. No quiero hablar de los políticos, que nunca han estado vivos…

 

La melancolía es como el tizne que con el más leve roce se nos pega en el alma, pero al tratar de deshacernos de ella con nada se despega. Nos convierte en almas en pena en perros sin dueño, ingrávidos y distantes, huecos por dentro. La melancolía es fuego lento, que va derritiendo los sentimientos. Evocamos lo perdido o lo nunca obtenido. Sentimos nostalgia recordando los últimos adioses. Nos devora las añoranzas de amores fuera del puerto. Nos apalastra la morriña de un anhelo no consumado.  Solitarios evocamos recuerdos triste como fina arenilla que nos dejó saudade…

 

Suuuuu, hablemos bajito, mis queridos Tainos Locos Bohemios, no perturbemos las añoranzas ni los recuerdos…

 

Sentado en este sillón

A la que amo, no recuerdo

Pero aun siento sus besos

Quemándome por dentro

Mi piel lleva un registro

De las huellas de sus manos

Acariciando mi cuerpo

 

Sentado en este sillón

A la que amo, no recuerdo

Pero hay fuego en mis labios

Que los de ella encendieron

Y aun rebotan en mis oídos

De ella mil te quiero

Anidados en mi corazón

 

Sentado en este sillón

A la que amo, no recuerdo

Pero el rastro sus tiernos brazos

Aun penden en mi cuello

Y su olor a fruto maduro

Sigue perfumando mis sueños

Y ahogándome en el dolor

 

Sentado en este sillón

A la que amo, no recuerdo

Pero puedo percibir el dulce aliento

De su respiración

Y el cimbrear de su cuerpo

Cuando hacíamos el amor

A cada momento

 

Sentado en este sillón

A la que amo, no recuerdo…Ransés 11:46 a. m. 3 de Junio del 2011

[MONIQUE FERLIN CASTAÑO]

 

ES UN DELEITE  LEERTE, BELLO EL SENTIDO FILOSOFICO EN TODO TU ESCRITO...GRACIAS

LE ADMIRO...

[Maigualida Pérez González]

Siempre estará en tí su recuerdo Ransés. Gracias por compartir tus hermosas letras. Un abrazo,

Maigualida

[César Eduardo Albarracin]

Sin embargo el recuerdo está tan fresco como la frescura de tus letras. Grande Ramsés. Un abrazo