Para Pablo, hijo de siempre,
para un siempre más vivo.
Quijongo impreciso vibrando
con llaves de mariposa oscura,
deseando hendri sus colores
en la pátina rosa del futuro.
Quijongo que se va al poniente
casi desnudo,
deshidratado y aún sudando
sus vestigios de caribe imponente.
Ocio para tus ojos,
rubor para el mensaje de tu mejilla alada,
clavicordio olvidado entre manzanas verdes,
mantel cayendo en su sinuosa
predisposición de arcángel.
Ya no te queda el aire para flamear
interrogante.
Ya no te queda
sino tu corazón pintando,
rumbeando en los matices
su dinastía de mansedumbres y pesares.
Aquí te va un pañuelo.
No te despojes de la última gota,
ni de tu clavija azul
en el quijongo de la tarde,
que te siente vibrar
obnubilado entre meteoros
Setiembre 2007
De mi libro SED DE OTRAS PIEDRAS,
EUNED, 2012.
Esta dedicatoria cobra relevancia ahora que Pablo
está de nuevo un tanto lejos, en Valencia, haciendo su doctorado en Artes visuales.
En la foto, mural dirigido por Pablo Bonilla, llamado Islita, en la isla Uvita, Costa Rica.
Comentario
Gracias, miriam Inés, es un placer compartir, abrazos
Gracias, Mab por el bello destacado y su mensaje, abrazos
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Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
http://organizacionmundialdeescritores.ning.com/
CUADRO DE HONOR
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