Cierro los ojos.
…Entonces,
la memoria se enciende y mi cuerpo calla...
Pienso en la casona de mi infancia…
…Veo las plantas de naranjas,
cuando en las horas sublimes del patio,
la siesta se estiraba en mis cabellos,
desmadrando mis trenzas,
por el verde hueco de la sombra…
…La parra,
aún tiene los hijos colgando de sus fuerzas,
de tanto sostenerlos
se le han arqueado los brazos
entre los alambres…
…Hilos traslúcidos se filtran por el tejado,
forman una reja polvorienta,
para atrapar los nombres olvidados
detrás de las desvencijadas puertas...
…La brisa, siembra
promesas a la rosa blanca,
quien, recostada en la tapia,
espera enamorar a la mariposa que pasa,
diagramando sueños con su vuelo…
Y es mi bien supremo:
buscar entre mis recuerdos,
la mirada de mi madre,
ella, está allí, siempre…
esperándome.
Beatriz Teresa Bustos
San Francisco Córdoba Argentina
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Beatriz que de nostalgias tan dulces me han traído tus letras, pareces estar describiendo mi infancia, que hasta una lágrima ha rodado.
Excelente poema. Me he encantado.
Gracias por participar.
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Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
http://organizacionmundialdeescritores.ning.com/
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