¡COMBATIENTE! ¡A TRES DAMAS QUE ENALTECEN LAS LETRAS!

[Jaime Ignacio Jaramillo Corrales]

¡COMBATIENTE!

¡A TRES DAMAS QUE ENALTECEN LAS LETRAS!

 

Para vosotras deseo, la paz del alma mujeres,

y que el Padre Verdadero, siempre os colme de talento;

sobre esta tierra ya sois, un lujo de bellos seres:

¡Ingrid, Lucía y Aimée, me da leeros contento!

 

Después de haber superado, el ecuador de mi vida,

llegasteis a oxigenarme, con vuestros hermosos versos;

escrito este panegírico, y no es porque alguien lo pida:

¡Tan sólo estoy esperando, halléis mis sueños dispersos!

 

Porque allí es donde deseo, llevarme vuestros recuerdos,

por lo demás no me afano, llevo un puñado de empeños;

que de a poco voy cumpliendo, pido a los hombres ser cuerdos:

¡Que nunca olviden que fueron, hace unos años pequeños!

 

También igual que vosotras, jugasteis a las muñecas,

y entre dos o tres teníais, una que era consentida;

   recuerdo ahora por cierto, hubo en casa una con pecas:

¡Y una de mis dos hermanas, la llevaba bien vestida!

 

Pero yo también jugué, a ser creo un buen papá,

y ahora que ya lo soy, sé que aprendí la lección;

aunque debo estar seguro, igual la que fue mamá:

¡Crecimos no cabe duda, con un noble corazón!

 

Pasan los años y entonces, los hijos hacen su hogar,

es difícil aceptarlo, con la llegada del ciclo;

igual lo hicimos nosotros, debemos verlos marchar:

¡Y allí en su cuarto quedaron, la muñeca y el triciclo!... 

 

Sobre el cual confieso ahora, por un momento lloré,

es que no pude evitarlo, aunque suelo ser valiente...

desde cuando era un chiquillo, de pesar me desfloré:

¡Y por el dolor del otro, seré siempre un combatiente!...

 

Con vosotras las mujeres, hay una deuda pendiente,

la factura ya es muy grande, y la debemos pagar,

quienes se creyeron fuertes, fueron débiles de mente:

¡Y hasta su propia conciencia, creo les debe asustar!

  

JAIME IGNACIO JARAMILLO CORRALES

Condorandino

 

[Ingrid Zetterberg]

¡Me hiciste llorar! mi estimado Jaime Ignacio! cuando hablaste de que viste marchar a tus hijos (a sus propios nidos), y que en sus cuartos quedaron la muñeca y el triciclo....¡cuánto te comprendo amigo! Nuestros pequeñitos crecieron, y ya nada es igual en el hogar....aunque ya nos regalaron dulces nietos, y hemos vuelto a renacer...al menos yo ya tengo tres adorables nietos por los que se me cae la baba....jejeje....es un decir...tú sabes....Mil gracias amigo por mencionar mi nombre en este poema tan hermoso, donde dices que te da mucho gusto leernos. A mí también me agrada mucho leerte...aunque de poesía clásica no sé nada....pero siempre Dios me ayuda a descifrar tus metáforas, que felicito sinceramente. Recibe mi abrazo fraternal.

[Elias Antonio Almada]

[mamihega]