Capítulo IV
Confusión
Aquel chico de pelo blanco, a quien alguna vez cure sus heridas, era quien me salvaba a mí esta vez. Aparte de eso y más importante, ¡Había descubierto que era un hombre… ¿León?! ¿En qué cabeza cabía eso?, por lo menos en la mío no; yo pudiera ser muy rara, pero era lógica por sobre todas las cosas; además por algo estudiaba medicina y era netamente imposible que mi cabeza entendiera que el cuerpo de algún humano, si es que él lo era siquiera, pudiera transformar su genética y compararla con la anomia de un animal.
Él debía estar sumamente loco si pensaba que yo podría creer en eso, aun cuando hubiera visto las dos versiones de los hechos, el humano y el león; no había visto la transición y simplemente No lo Podía Creer.
Si todo lo que él me decía era cierto, quiere decir que todo aquel mundo de ficción que pasaban en las películas ¿también lo era? Es decir, vampiros, hombres pequeños y verdes, grewlings… Era insólito. Siempre pensé que películas como Twilight, lo asqueroso de Underworld, y lo falso de Vampire Diaries, eran solo eso Películas, pero nunca pensé que pudieran ligarse a la realidad.
De hecho jamás había escuchado algún reportaje de aquello o cualquier tipo de noticia que lo pusiera en evidencia. Si era cierto eso, entonces ¿Por qué nadie los conocían, o porque no salían a la luz e intentaban dominar a los humanos? Después de todo tenían las fuerzas para hacerlo.
- ¡Ahh tanto pensar es exasperante! ¡Tengo tantas dudas! –
¿Por qué el deber de Samuel era protegerme? ¿Y cuál era el dichoso poder que yo supuestamente poseía? Mientras he tenido memoria nunca me había dado cuenta de algún sexto sentido, o poder sobre natural para ver fantasmas ni nada parecido.
Inmersa en muchos de mis pensamientos me desconecte de la realidad, de la que hasta empezaba a dudar como verdadera, y no me di cuenta que teníamos varios minutos sin movernos y que yo seguía sobre la espalda de Samuel, tal costal de papas; mientras él esperaba pacientemente a que yo despertara de mi ensoñamiento. Conocía bastante bien esa faceta despistada mía.
- Oye allá arriba, cuando quieras aterriza, ya llegamos a tu casa y tu déjame decirte que no eres tan liviana como para cargarte toda la noche – se burló.
- ¡Ja! – me baje muy rápido y me puse frente a él, lo mire curiosamente y – Puff – Golpe de mi parte para su abdomen; sonreí victoriosa, nunca subestimes a una mujer cuando ofendes su edad o su peso. Ante el golpe apenas y se movió e hizo un pequeño gesto de dolor
- Jajaja, estaba bromeando chica tonnta… - me molesto el hecho que imitara MI palabra.
- Pues yo no – y tal cual como una niña, le saque la lengua y me di media vuelta.
Camine hasta mi casa hasta que me di cuenta que dicho muchacho de pelo blanco me estaba siguiendo.
- Deberías irte a tu casa. – dije aun sin detenerme...
- ¿Qué parte de “No debes separarte de mí” no entendiste?
- ¿Eso significa el 100% de mi tiempo? – me voltee para verle.
- Noo que va, solo un 99%, pero solo eso – dijo burlón
- No esperaras que acepte que duermas en mi habitación ¿Cierto? – dije después de suspirar, había hecho un trato y debía cumplirlo.
- No, pero quizás si en tu cama – dijo con una sonrisa seductora.
- No no aceptare, chico listo – Ese truco ya no funcionaría conmigo, sonreí con superioridad.
- ¡Kef! Realmente no tienes sentido del humor… No te preocupes, yo estaré cerca de ti, en el techo. Podre escuchar perfectamente desde allí.
- ¿Y no te dará frio?
- Estoy acostumbrado al frio de la noche, de todas formas – De nuevo aquella amargura, odiaba eso.
- Está bien. ¿Sabes cómo entrar a mi habitación cierto? – Dije adivinando que había sido él quien abría la ventana en las noches.
- Si – Entendió a lo que me refería, una sonrisa fugaz paso por su rostro, aun con los ojos apagados.
Al siguiente segundo y sin despedidas, ya me encontraba sola a unos metros de casa, voltee y lo vi aterrizar ágilmente en el techo, y así me fui a mi habitación. Mañana debía recordar sustituir el vidrio roto de la ventana.
Una vez dentro de la habitación me dispuse a recoger los pedazos de vidrios en el suelo, y deje mi mente volar en los acontecimientos de esa noche:
1…. Fui atacada por una bestia feroz, esperando ser su cena y aun así ¡Me salve!
2…. Había descubierto algo que ni en mis más locos sueños hubiera imaginado, un hombre león peliblanco, Samuel.
3…. Reconocí que este mundo tenia misterios que quizás nunca descubriría, eso me hacía poner un tanto nerviosa y ansiosa.
Pero todas mi cavilaciones se esfumaron al sentir un dolor, proveniente de mi dedo, al darme cuenta que fue culpa de un vidrio roto mal tratado lo que había causado, que un pequeño hilo rojo saliera de una herida en uno de mis dedos. Lo siguiente que vi, fue como enseguida Samuel bajo del techo y se puso en posición de defensa.
- ¿Qué paso? – pregunto, hasta que al mirar mi mano entendió el olor a sangre, supuse – Ahh…
Después de esto se acercó a mí, tomo mi mano, e introdujo el dedo lastimado en su boca, succionando la sangre con la lengua... Yo estaba entre distraída en mis pensamientos, y tratando de caer en cuenta de lo que estaba pasando, cuando por fin logre detenerme en la realidad y con mi dedo aun en su boca, me sonroje. Como acto inmediato hale mi mano quitándola de su contacto.
- Debería tener más cuidado Srta. doctora...
- Si, y tú debes evitar acercarte tanto ¿Quieres? – Dije entre apenada y molesta.
- ¿Por qué le afecta tanto mi presencia Srta. Doctora? – Dijo cambiando a una sonrisa bastante seductora para mi gusto.
- ¡N-Noo Claro que no! Mejor ayúdame ¿Quieres?
- Vale…
Empezamos a recoger todo, en silencio… y solo hasta terminar con los vidrios fue que escuche de nuevo su voz.
- Ahora sí, buenas noches… Y trata de mantenerte con vida ¿Quieres? y completa, Estaré arriba por si me necesitas. – Se fue sin esperar ninguna respuesta, claro como si yo fuera una niña a la cual cuidar.
Yo que no estaba del todo acostumbrada a las personas, y ahora tendría que soportar a un “niñero” pegado a mí la mayor parte del tiempo.
– Genial, esto va a ser más difícil de lo que creí – pensé.
Me levante del suelo, apague la luz de la habitación y de nuevo a la cama, hoy había sido un día bastante duro, mire el reloj – 2:00am – Mañana esperaría dos grandes bolsas negras debajo a sus ojos, y un gran cansancio. Cerré mis ojos y finalmente quede profundamente dormida con el sonido del viento proveniente de la ventana rota.
Comentario
Jejeje me gustan todos los factores de tu novela, es bastante interesante la relación que poseen la protagonista y el chico de cabello plateado brillante como la plata misma. Me encanta sobretodo esa formula que le asignaste al chico, eso de ser altamente seductor y picaro siempre me ha gustado, desde ya te digo que sigo tu novela con emoción, no pelare ninguno de tus capitulos. Un abrazo bien grande, ¡Saludos!
MUY BIEN, MUY BIEN... SEGUIMOS DE MISTERIO EN MISTERIO...
VEREMOS QUE PASA MAÑANA
ME GUSTA, ME GUSTA...
Bendiciones incesantes
RED DE INTELECTUALES, DEDICADOS A LA LITERATURA Y EL ARTE. DESDE VENEZUELA, FUENTE DE INTELECTUALES, ARTISTAS Y POETAS, PARA EL MUNDO
Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
http://organizacionmundialdeescritores.ning.com/
CUADRO DE HONOR
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