LA SECUOYA ROJA

[Iris Girón Riveros]

LA SECUOYA ROJA (*)

Autora: Iris Girón Riveros

Cuando te conocí, oh gran secuoya,

comprendí que en este mundo pasajero

hay seres tan eternos como el tiempo

que pueden sobrevivir nuestra existencia.

 

Para llegar a ti y tocar tu cuerpo

debí presurosa buscar una senda,

limpiar mis pies, también lavar mis manos,

y por el agua estar purificada.

 

Contemplo la grandeza de tu imagen

y me siento nada cuando a tu lado poso,

como toda tu altura, eres majestuoso,

eres pertinaz como todos tus tiempos.

 

 

 Pero paréceme escuchar ligeramente

un sutil llanto del fondo de tu esencia:

está dañada de tu tronco,  la corteza

por la ambición del hombre y la naturaleza.

 

El fuego de los odios dañó tu alma

dejando heridas que aún no cicatrizan,

pasarán miles de años para sanarlas,

pasarán muchos siglos para borrarlas.

 

Y ahí sigues de pie, no desvaneces,

ni las fuertes tormentas pueden contigo,

eres cual centinela que ves altiva

cómo pasan los años, siglo tras siglo.

Tocar tu copa sobre todo ansío

y así estar cerca del sol y las estrellas,

refugiarme en la traslúcida sombra

del verde bosque de tu real ramaje.

 

Y cuando dormida quede entre el follaje,

me arrullarán los gemidos musicales

del viento que al soplar tus verdes hojas

harán crujidos cual arpas celestiales.

 

Al despertar tal vez algún momento

sentiré retoñar en mis entrañas,

la savia del valor y del coraje

del árbol más longevo del planeta.

©Todos los derechos reservados

(*) LA SECUOYA.- Sin duda alguna, las secuoyas son los árboles más majestuosos del mundo. Su tamaño, su edad y su naturaleza resistente las han convertido en símbolos de la protección ambiental y de la precaria situación que algunos bosques y muchas biósferas enfrentan en la actualidad.

 

[Elias Antonio Almada]