FAMILIA Y ESCUELA
Cuando se habla de sociedad, ineludiblemente debe aludirse a su célula primaria, la familia - ese tronco fundamental para el buen hacer de la vida en comunidad-. Y al hablar de familia, debemos hacer mención directa a sus administradores, los padres. Allí está el factor que construye y sostiene a los individuos que nacen, crecen y terminan por sostener el país. Claro, la escuela contribuye, claro que sí. La escuela educa, sí. La escuela es parte indispensable en la formación de la persona, sí. Pero NO podemos, cómodamente argumentar, ni dejar que el peso de la formación personal y ciudadana de los infantes y jóvenes recaiga de manera exclusiva en el sistema educativo. Grave error de aquellos que a veces sólo cumplen como proveedores, pero no como parte integral y formadora, como guías del crecimiento espiritual y ético de sus hijos. Un menor que vive en un ambiente sano, en donde el buen ejemplo es la brújula, en que existe el tiempo para el intercambio de ideas, consejos, cariños, apoyo y correctivos dentro del respeto a la dignidad humana, encuentra abono para crecer con fundamentos de vida que lo puedan llevar a un futuro promisorio.
Cuando unos padres están allí para apoyar a sus hijos y decirles .lo que sigue hasta el cansancio, cumplen su tarea fundamental: - Mira hijo, la almohada, el pan y la sal de la que hablaba el poeta, y los sueños, la firmeza de carácter, la tolerancia, la solidaridad y la honradez le dan sustancia a la sopa de la vida; todo lo demás, no es sino una marquesina secundaria que sostiene como nicho lo que no resulta esencial. Que no te enreden tú futuro, si te caes levántate y sigue empujando tu carreta. Nadie te elimina, lo haces tú sólo a causa de la pereza, la falta de voluntad y firmeza. Procura tener los ojos bien abiertos para que no te engañen, y aprende a decir que no cuando lo pedido no concuerdo con lo que dicta tu conciencia. No olvides nunca que la justicia es la verdad en acción y no dejes que te enreden los anuncios, ni los sabelotodo, ni el mesías de bolsillo. Tú futuro siempre está por escribirse y siempre lo estas escribiendo si tú empujas sin rendirte, si tú luchas sin cesar, si no te dejas arrancar tus sueños.
Y es que si el hogar se convierte sólo en un sitio para comer y dormir, y nuestros hijos crecen a la deriva y sin defensa contra la maleza y la hierba mala, mal podemos pensar que la escuela sea un salvavidas preventivo o resuélvelo todo. Esa no es la función primordial de la escuela y quien afirme eso sólo busca una excusa para renunciar a sus responsabilidades, pues lo que se requiere sin es una armónica colaboración entre padres y maestros para lograr un desarrollo integral –humano y científico -. Lo contrario, atenta contra la naturaleza de esa juventud que en su obra Tolda Gitana, Manuel Celestino González, bajo el titulo Siembra, refería como: La juventud es dignidad; por eso es rectitud en la conducta/ … La juventud es caudaloso río en corriente arrolladora; por eso el pueblo se agita como un mar en su contacto/ La juventud es arrozal grávido de espigas; por eso es esperanza de un mañana mejor/ ...
Resulta necesaria la presencia de los padres y el apoyo académico preciso para construir el futuro de nuestros hijos. Nadie ha dicho que sea fácil, pero es nuestro deber ineludible.
ALBERTO O. CABREDO E.
RED DE INTELECTUALES, DEDICADOS A LA LITERATURA Y EL ARTE. DESDE VENEZUELA, FUENTE DE INTELECTUALES, ARTISTAS Y POETAS, PARA EL MUNDO
Ando revisando cada texto para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.
Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.
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