Confianza en el anteojo y no en el ojo,

en la escalera nunca en el peldaño.

César Vallejo

Confianza en el reloj



mas no en el tiempo,



en la jauría pero no en las fauces.



Confianza en las solapas, los botones,



no en la sorda palabra de los viejos.



Confianza en tantos eufemismos como…

Tú llamas cuando todo afuera

languidece.

Todo afuera es vagabundo.

El aire cálido de abril

nos incomoda.

Siento las plantas de los pies

en rebelión contra las suelas ásperas.

Todo afuera es impreciso.

Yo estoy leyendo:

tanto insiste Baudelaire en confesarse.

Los ojos se desperezan

junto a las vitrinas de las tiendas.

Las muchachas viven en función

de sus cabellos, sus tetas, sus braguitas:

-acentos

que dan a las…

Está siempre en el pasado

el mismo orgasmo.

CARLOS DRUMOND DE ANDRADE

Ya ningún poema te estará esperando,



a la hora del vino blanco o de la siesta.



después de tan gastadas golondrinas,



anuarios que se fueron entre amantes y amantes,



un…

Tal vez un día se rebele contra ti mi sombra.

Tal vez después de los adioses

te sientas a mi lado en ese parque

y extiendas la moneda o la sonrisa,

tu bala de plata,

tu desaire.

Tal vez un día, mientras duermo,

rebanes con tijeras estos sueños,

los bigotes,

la torpe inclinación de mi confiada hombría

en reposo.

Y un día, mientras callamos

de tanto blasfemar al poseernos,

quizá nos sobrevenga un dios…

-¿Recuerdas?

Una vez caminábamos

en pos de las monedas

en el pequeño parque de la soledad,

cuando las aves agoreras soltaron sus penas

manchándonos el traje y la sonrisa.



Y ambos nos hemos masturbado

contra muchachas entre vehículos

aparcados

y muros cautelosos.



Ambos hemos visto en el…

Después de levantarte

no me gusta que prendas la luz

la super-radio

que pongas la secadora y me pidas

mientras te bañas

que me levante a abrirle a los gatos.



Me gusta esa idea de dormir en camas separadas

en cuartos separados

en casas diferentes.



Antes de que tuviésemos tantos años juntos

me gustabas.



Ahora me gustas cuando lees o te vas

o estás dormida.



Ya lo dijo pablo hablándole a su amada.



de mi libro HOJA…

Adoré siempre tus ojos

contemplando inmerecidamente el fuego

y sus orillas últimas

azuladas y tan desnudas.

Que cuando hiciste el amor con sus brasas

también lo hiciste conmigo

(viceversas del beso).

De seguro amaste el desorden de mis poemas

sobre tu piel

y sin…

Parada frente a mí desprendes con natural destreza tu largo vestido hindú

                                                   halándolo hacia arriba frente a la tabla de aplanchar.

Queda tu desnudez de hippie

como punto difuso de memorias

como desencuentro donde el pasado

se deshace y retorna.

Eras una mujer delgada

y todos tus novios salieron a la lluvia

para…

A TU PELO

Sé que no está de más

aunque cubra poco a poco tus senos.

Y aunque a tu espalda

la marque de infinitas flechas negras

que señalan las caderas,

cuando el viento lo mueve

hay un paisaje que huye hacia las ventanas

que ni Dios pudo imaginar.

De mi libro…

A LA PROFESORA DE FRANCÉS

Nunca pude pronunciar bien esas palabras

pero siempre te recuerdo.

Estos son los mejores recreos

que aún me ocurren.

A LA COLEGIALA

Nunca debí vanagloriarme de ti

ni de tus fragmentarias historias.

Sólo fuiste el recuerdo de aquella

colegiala voraz.

Ahora eres la profesora

que tan sólo enseña su…

A MÍ MISMO

Después de que me pienso

no me gusta verme

prohibiendo   reprochando

desaprobando o aprobando tus acciones.

Después de vislumbrarme

me gusta tanto la soledad como quererte.

A LA BIBLIOTECARIA

De ti me enamoré no por los libros

que acechaban intrusos a tus labios.

¡Cómo…

Tú me enseñaste algunas fortalezas

muchas debilidades.

Deambulabas desnuda

por toda la casa

y debía acceder sumisamente a tu reinado.

Por todos los costados de la casa

tu piel quería expandirse

reventaba las paredes

y provocaba grandes congestionamientos

las construcciones…

Me encantan tus sugestivas ropas

interiores

y cuando traviesa

colocas junto al respaldar

esa mirada de ángel

y eres inocente después de los gemidos.

Sabes que no volveré y no estás triste

por mí

sino por ti  por él   porqué sé yo.

Las maderas del cuarto opaco que…

Que la casi desnudez sea la herramienta

de tus brillantes días

no es mi problema

que ensayes conmigo la forma de quitarte

o encaramarte la ropa

ese desvestido que estrenas

poniendo rostro de diablesa y ángel

en las esquinas traumatizadas

de los aposentos.

Que des una vuelta…

 



Después de que aplicas tus pociones …

“Mirad:

La belleza de un oficio me ha encorvado”

Vilma Vargas

Después de dormir juntos

no me gusta que escribas un poema

ni que leas mis versos

sí que oigas a Stravinski

y te sientas bailarina.

Tampoco que ironices

Sobre mis miedos

Ni que pongas el café viejo

En el microondas.

Después de amarnos

no me gusta que fumes como una puta…

aQUÍ inicia la II PARTE (Dedicatorias) de mi libro Hoja de afiliación y otros clichés, una serie de breves textos líricos no exentos de ironía sobre todo en relación a arquetipos femeninos actuales, este es el primero

A la mujer del circo

Después de la función

es inútil que me quieras

que me des la espalda o que me beses.

Sé lo que piensas

y no me agrada.

Después del circo

no me gusta que eches…

Soy uno más

de los poetas de esta ciudad

y me atasco en medio de sus colas y salientes

también escupo

con el alcohol hendido para festejar

sus paredes  sus ruinas

también vivo signado o perseguido

invento suturas  axiomas

que rinden ganancias o sufrimientos.

Soy uno más que ya se acaba

con su olor y su garrapata

con el tranvía soterrado

entre su tienda de aparatos inservibles

alguien que…