En todos los elementos. Atemporal e imprevista. Tenaz e impertérrita en su cometido. Justiciera inapelable que logra implacablemente la majestad del título.

   “No mira pelo ni marca”. Nadie se salva de ella. No interesa cuánto tienes ni cuánto vales. Para que te alcance solo es necesario que estés vivo.

   Así…

   Era Don Braulio un hombre cuya genética de Españoles y Alemanes, (Que vaya uno a saber de qué barcos de fines del Siglo XIX habrán descendido en nuestras costas) le daba un porte distinguido, acompañadDo de una mirada inteligente de sus ojos celestes, que se…

 …

Pasó la noche y amanece el día nuevo.

No existe nadie con poder inusitado

que pueda revertir este proceso.

Excepto Dios, como lo mires o lo veas.

 …

Es el amor el cimiento

de la buena convivencia.

Por eso es que su esencia,

embriaga cuando se prueba.

Así lo entiendo y quien lleva

en su interior al amor,

sabe que es la bella flor

que debemos compartir.

Y para bien de nosotros,

no dejar seco el jardín.

Regarlo todos los días,

que el amor es cosa seria.

Y no se compra en la…

De pronto, bajo un puente…

Es el Rey de la luz el Sol

que pergeña el nuevo día.

El dibuja con innata maestría

paisajes insondables de arrebol.

 …

   Acodado en el mostrador largo del negocio del turco Abdala estaba Don Roque, contando sus historias hiperbólicas para quien quisiera escucharlo. Varios curiosos (la mayoría muchachada joven), se acercaron para oírlo. Tenga en cuenta el lector que estamos hablando del año 1928  o 1929 y las diversiones, como hoy se conocen, no existían.…

   A éste lo escribí hoy, 26 de julio de 2009, mientras esperaba que se encendiera el carbón para el asadito de los domingos. Ricardo.

   “Ésta historia sí que es verdadera”, dijo Molina el Inspector de ómnibus que contaba cada una más hiperbólica que la otra. Y una vez que había concluido con los tres pasos del relato (generalmente corto), remataba diciendo: “Y…

   Otra vez Don Roque estaba en el almacén de Ramos Generales del Turco Abdala.

   Como ya hemos visto en anteriores relatos, el espacio de ese comercio destinado al expendio de bebidas espirituosas, era uno de los escenarios predilectos de nuestro personaje cuentero  exagerado, que no sentía asco ni pudor alguno para soltar ante la ocasional audiencia, una o varias de sus hiperbólicas…

   Otra vez Don Roque estaba en el almacén de Ramos Generales del Turco Abdala.

   Como ya hemos visto en anteriores relatos, el espacio de ese comercio destinado al expendio de bebidas espirituosas, era uno de los escenarios predilectos de nuestro personaje cuentero  exagerado, que no sentía asco ni pudor alguno para soltar ante la ocasional audiencia, una o varias de sus hiperbólicas…

Cuando de rimar se trata

confío en la inspiración,…

   Te quiero homenajear amiga y colega Poeta. Pero no me gustaría faltarte el respeto buscando palabras difíciles en el diccionario para decirte de mi admiración por ti.

   Tampoco quiero forzar a las Musas tratando de hacer coincidir terminaciones de versos que a veces, tú lo sabes, no están preparados para…

Cuando ensucie el trabajo tus manos

con la tierra bendita, suave y renegrida.

y en su vientre deposites una leve semilla,

dejándola sin más dormir junto al arcano.

 …

Entonces

Cuando ensucie el trabajo tus manos

con la tierra bendita, suave y renegrida.

y en su vientre deposites una leve semilla,

dejándola sin más dormir junto al arcano.

 …

Una vez andaba Pancho

fletando piedra caliza,

usando como siempre, el carro.

Hizo un viaje a Lucas de Olmos 1)

que era la estación del tren.

Y ahí se encontró con Juan,

al que llamaremos Juancho.

“Vea, Amigo...” dijo Pancho.

Y Juancho encendió un cigarro.

Se acomodó en el andén

y se dispuso a escucharlo.

“Usted sabe que una vez

me encargaron…

Pancho y Juancho son personas

que en todos los pueblos hay.

Y aunque nos cuenten con sorna,

no lo hacen con maldad.

Por eso es que les dedico

con afecto selectivo,

los cuentos que hoy les cuento

y que guardaré en mi archivo

hasta soltarlos al viento.

A todos estos cuenteros

yo los aliento a seguir:

Vamos, Panchos, vamos, Juanchos!

Que no le hacen…

(El enojo de Juancho)

Se encontraron “Pancho” y “Juancho”

otra vez en Lucas de Olmos.

Y mientras…

Una vez andaba Pancho

fletando piedra caliza,

usando como siempre, el carro.

Hizo un viaje a Lucas de Olmos 1)

que era la estación del tren.

Y ahí se encontró con Juan,

al que llamaremos Juancho.

“Vea, Amigo...” dijo Pancho.

Y Juancho encendió un cigarro.

Se acomodó en el andén

y se dispuso a escucharlo.

“Usted sabe que una vez

me encargaron…

Los cuentos de “Pancho” y “Juancho”

(Batería de 3 cuentos publicados en “Historias Populares Cordobesas”

(Escritas, como dice el autor, en lenguaje campechano)

Van como “Postre”

Cuento 1º

"Vea Amigo..."



"Vea Amigo..."

decía cuando…