EMOCIONES CIERTAS

El viento con su silbido llega hasta nosotros,

para con su lenguaje decirnos…

Son tantos los años,

cargando con este dolor,

que siento me he acostumbrado.

aunque aún vibra de…

…

Mi corazón se ha puesto

como un nogal de versos,

mis manos son dos cisnes

en una alberca blanca,

tengo tantos estíos

tañendo en las pupilas

y tantas amapolas

creciéndome en el alma.

El ayer es un pozo

sin monedas terribles

con un brocal de brumas

donde se duerme el alba.

El hoy es un charquito

con barcos de azul dulce,

con estrellas tempranas

lavándose la cara.

Tú…

 EN NOSTALGIA

Los Quejidos de la brisa nocturna, anunciaban la llegada de un verano muy pesado para mi alma.…

Adosada a mi subconciente

Experimento el dulce calor de tu piel

acariciando mi cuerpo,

estas…

No me preguntes amor por qué he llorado

será porque en nosotros queda un vacío

que solo con lágrimas podríamos llenarlo,

ese vacío que dejó el paso de los años,

anhelando un reencuentro nos esperamos,

dimos otra oportunidad al amor y fracasamos.…

BANDOL

            En  la remota provincia de Ina, de un reino olvidado, ubicado;  quizás en la antigua China, en la fabulosa India, o en la mística Arabia,  vivió un ermitaño,  llamado Bandol o tal vez Mandol, se sabe de el, que antes de alejarse del mundo fue un gran sabio, maestro en ciencias esenciales, por lo que se atribuye a un exceso de conocimiento, la probable perdida de cierta lucidez mental. Ya que era tal su ansia de aprender que pasaba noches…

Esta ciudad huele mal

 A gasolina y a albañal  No hace falta un dineral  

Para que te quieran matar  


Algo está muy mal en esta ciudad  





En sus cloacas  


En sus fachadas de cristal  


En sus quincenas y esperas  


En sus vísperas y fiestas  





El moho de su rutina nos intoxica  


En sus amores de conveniencia …

Con orgullo soy poeta

Mis manos risueñas

se levantan del suelo,…

Aunque aún no lo aceptes;

toda mi euforia, todo mi dolor,

todo el afán, y las ventanas rotas

las rompí por ti, sólo para ti,

para que fuéramos el ancla al fin

de estas gaviotas lastimadas,

pero también su locura,

pero también su libertad;

la lluvia que corona con sus alas,

la opresa sensación de…

¡Oh! casa nuestra

kilométrica telaraña de amor y dulzura

de sal y azúcar...de alegría y…